Por más  que ande,
nunca abrirá caminos 
el navegante.
Que la mar cierra
tercamente las aguas
tras de su estela.
Va su  velero
desvelando un espacio 
azul e inmenso.
Sin carta alguna,
si no perece ahogado,
tendrá fortuna.
No arriba a puerto
si no es por que lo entierren
después de muerto.
Tal vez consiga
marcar alguna ruta
que a otro le sirva.
Y si ha logrado, 
bailar sobre las olas, 
no ir mareado
Yo le diría,
 pues que ,al menos ,disfrute
la travesía.
 
 
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