domingo, 27 de agosto de 2017

Espejismo


Después de apacentar en soledad
mis rebaños de miedos sobre el inmenso páramo
de otra noche insomne,
un rayo de Sol tímido
golpea en el cristal de mi ventana.

Ya es un nuevo hoy.

Un día que amanece amortizado
de alegría y sorpresa,
en que seguir viviendo cuesta arriba
teniendo que cargar el pesado bagaje
de la desesperanza.

¿A qué clavo candente,
a qué afilada esquirla
de ilusión sin gastar me aferraré
para seguir sintiendo
que merece la pena continuar respirando?

Solo me queda el eco
de las voces que amé en la memoria.

Tras de su estela pálida camino.

Sé que son solamente
un espejismo bienhechor de lluvia
derramándose en medio del desierto.

Un rumor de humedad 
sostén de la demencia imprescindible
para seguir soñando que todavía queda
algún feliz mañana.

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