Alguna
vez tendrá que amanecer
definitivamente.
Mientras
llega la hora
de que
el alba decida llegar para quedarse,
avanzo
a tientas por esta larga noche
en el
que todo son rumores de tormentas.
Mientras,
la vida
es siempre un mientras esperanzado y álgido
que no
nos da un respiro.
Quiero
creer que es
un
axioma vital aquello que se dice
de
que nunca serán ni tantos ni tan hondos
los
daños y los duelos
que
nuestra piel , tejida de raso y fortaleza ,
no
pueda soportarlos.
Pero no
se ve luz al final de este túnel
y hace
ya mucho tiempo que , acallados los trinos
de las
últimas aves de un crepúsculo agónico
se ha
instalado en el aire,
granítico,
el
silencio.
Sé que
solo me queda
continuar
imprimiendo tras de mi paso un rastro
de
huellas inseguras
que a
nadie salvarán,
pues
cuentan que no saben por dónde diablos queda
el
resplandor del Norte.
Sé que
debo seguir intentando encontrarlo
mientras
la fe me asista
y a mis
dos pies intrépidos todavía les quepa,
inédita,
otra llaga.
Mientras
quede camino
y el
corazón me aguante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario