lunes, 4 de febrero de 2019

Cobertor de escarcha


Hubo un tiempo de noches deliciosas
coronadas de azahares,
repletas de ilusiones
y risas compartidas,
en que todos cantábamos alegres,
poseídos de luz,
sin importar que no nos alumbrase
ningún rayo de Luna

Algunos ya dejaron
de estar a nuestra estela
por una de esas cosas predecibles
que ordenan los destinos.

Otros se fueron yendo
-acaso persiguiendo estrellas más brillantes-
por su pie,
y por propia voluntad.

La nostalgia es la misma
por unos y por otros.

Y también la tristeza
que grapa en nuestros labios
un rictus de amargor día tras día
y los condena a ser los pregoneros
de un profundo dolor insuperable.

Hoy solamente queda
vivir arrebujados
en recuerdos que son un cobertor de escarcha.

Mientras por dentro sientes
como muy poco a poco los huesos se te hielan .

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