“Abu”,
no sé lo qué pasa,
que el
pececillo dorado
que me
regalaste ayer ,
está
muy desmejorado.
En la
pecera , la boca
abría,
como apurado,
y
,creyendo que iba a ahogarse,
yo del
agua lo he sacado.
Y en
lugar de respirar
mejor ,
como había pensado,
mira
,en la mano lo tengo
¿ ves
qué quieto se ha quedado?
“Abu”,
vamos a rezar
como tú
me has enseñado...
lo
mismo Dios lo revive,
todavía
está mojado...
Me temo
que no hay remedio.
que no
hay avemarías
para
hacer tanto milagro...
No
llores...Tú...¿qué sabías?
Pero...
! Pobrecito pez...!
Mañana
te compro otro
si me
prometes que nunca
haces
lo mismo otra vez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario