Mis
labios se derriten poco a poco
si
estoy pensando en ti y si te veo
siento
que arrebatado de deseo
el
corazón me late como loco.
Presa
de singular concupiscencia,
me
resulta un esfuerzo sobrehumano
el
sujetar el ansia de mi mano
cada
vez que me encuentro en tu presencia.
Dudo de
que en el mundo exista cosa
que
mejor me consuele en mi amargura,
más
placentera y más maravillosa.
Y
aunque pueda sonar a disparate,
serás
hasta que muera mi más pura
y
auténtica pasión, !oh chocolate!
Cuántos deseos provoca don Chocolate Jordana. A mí me gusta mucho pero creo que no al grado que a otros, aunque siempre me provocará deseo, jajaja.
ResponderEliminarAbrazos.