lunes, 22 de abril de 2019

Jilguero escondido



No sabemos.

Solo es que no sabemos
traducir al lenguaje del latido
las groseras señales que nos hace la vida.

Gestos con los que acaso
se esfuerza en prevenirnos de quiebros y sorpresas
que maquina el destino.

Después de aquel relámpago encendido de rabia
que estremeció tu noche,
quién se extraña si luego se suceden
los siglos de tormentas.

Y si el Sol enrojece ,
cuando llega el crepúsculo
sigue el instinto que le dice al pájaro
que regrese a su nido.

No sabemos...

Y a veces no queremos.

La evidencia se palpa
en el temblor del aire .

Los cuervos sobrevuelan
hoy los cielos sombríos.

Pero mi corazón incorregible
un día  más prefiere ensimismarse
intentando imitar el su latir el canto
de un jilguero escondido .










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