Porque
que tu boca evoca,
voz
de humo y niebla, el mundo de lo umbrío
siento
que al escucharla me provoca
un
intenso y febril escalofrío.
Porque
tu labio sabio
conoce
los resortes de la risa,
sin que
me sirva su impudor de agravio,
a sus
insinuaciones soy sumisa.
Porque
tu acento atento
saca
del verbo su esplendor sonoro
es por
lo que de ti yo me enamoro.
Porque
si callas, hallas
el modo
de decir de otra manera,
tu
silencio es mi guía verdadera.
Tu
boca... no quisiera
tener
que irme un día de este mundo
sin
sonsacarle el grito que guarda en lo profundo.
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario