No
puedo adivinar cómo la vida
pueda
aún sorprendernos con los guiones
que nos
escribirá en mil renglones
retorcidos
de forma consabida.
Sé que
es imposible de partida
intentar
revivir las ilusiones
que
expiraron ayer, que aunque perdones
de
corazón, el corazón no olvida.
Algo
las malhirió la madrugada
en la
que resonaron en mi oído
palabras
con rigor de bofetada.
Siento
que están ya casi agonizantes,
que
aunque el amor no haya fallecido
jamás será ya nada como antes.
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