Enumero...
recuerdo
y enumero...
me
estrujo la memoria
hasta
que casi duele y enumero...
Es
una tentación hacer listados
con
todo lo vivido y no dejarse
nada
de lo sentido en el tintero.
Más
que nada conviene
sacarse
las ofensas que quedaron
atascadas
el fondo a la derecha
de
un alma recocida entre sus bilis ,
que
ha hecho del resabio su brasero.
Aquello
que callaste,
utilizando
el
silencio a los gritos,
la
promesa
que
nunca me cumpliste,
la
rosa sin espinas que no me regalaste,
la
dureza en el golpe
del
verbo carnicero...
Rememorar
pesares,
a
sangre fría,
en
serie,
es
un placer salobre
que
reaviva heridas,
sin
convocar las lágrimas,
¿y
,acaso,
es
que así me libero?
Más
vale hacer memoria,
-aunque
haya que inventarlos -
de
los días en los que los crepúsculos
eran
puro embeleso compartido ,
cuando
una sonrisa
era
un faro alumbrando nuestra noche ,
y
los amaneceres
el
gozoso reencuentro cotidiano
de
pieles que despiertan arrullándose
escuchando
los cantos del jilguero.
No
merece la pena enumerar
sino
aquellos instantes
en
que junto a tu oído una voz temblorosa
te
susurró:
“ Te
quiero”
Enumero...
fabulo
si es preciso
y
enumero...
Qué bello Jordana.
ResponderEliminarAbrazos.