Me fatigas,
lo sabes.
Es cansado tener que perseguirte
por todos los rincones de mí misma
con el afán voraz de conseguir
exprimir, uno a uno,
todos mis sentimientos.
En cada uno vives,
en cada uno estallas,
en cada uno entregas, sin pudor, poesía,
la palabra desnuda
la que mejor define
lo que soy.
Lo que sueño.
Me consumes,
quisiera
poderme liberar de la querencia innata
de tu abrazo extenuante,
al menos mientras duermo.
Pero es que eres tú
o tener que enfrentar a solas mis temores.
Eres tú
o mis angustias.
Eres tú
o la verdad de mi fracaso.
Eres tú
o mi desdicha.
Eres tú o aprender
a tragarme mis gritos.
Eres tú
o existir
sin que el aire se entere.
Y morir poco a poco
como mueren los tristes.
Sin haberle encontrado
un sentido a la vida
y rumiando amargores.
Eres tú
o aceptarme
derrotada anticipadamente.
Sucumbiendo, sin dar una batalla
al sepulcral abrazo del silencio.
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