martes, 14 de septiembre de 2021

Mañana lloverá


 

Si solo fuera este color desaborido

con que amanece el día,

podría persuadirme de que es otra más

de las premoniciones del otoño.


No sé de dónde nacen tantos grises.


Debe ser que se gestan,

nutriéndose de amargas soledades,

en el vientre reseco del silencio.


Porque incluso ese canto entrañable del pájaro

    - mi pájaro-,

    gentil y contumaz

    trovero de las gracias de la aurora,

hoy suena con sordina.


Y hasta el rayo de Sol, que se aventura

a colarse en mi alcoba

es en el aire apenas un velado destello

hecho temblor.


Supongo

que hay demasiado polvo acumulado

en todas mis estancias interiores.


Que ha llegado la hora

de limpiar los cristales.


Aunque seguramente mañana lloverá...


O llegará el diluvio

sanador de las lágrimas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario