Mañanas de apatía.
Tardes sin ilusión,
noches sin sueño.
Naufragios que se fraguan
sobre la trama endeble de un papel en blanco
en infinitas horas desvelo.
Palabras que pretenden
atravesar océanos de soledad, buscando
un ojo, un oído,
un corazón atento.
Pero están tan lejanas las orillas
de tanta isla humana...
Sus playas son desiertos atestados
de mensajes metidos en botellas.
No sé ni para quién
a no ser para mí-
me empeño en escribir tan compulsivamente
sobre mis emociones.
Otra excarcelación,
a base de suspiros y exabruptos
del dolor de vivir.
Otro poema más,
que se irá disipando, con rumbo hacia el olvido,
tempestades adentro.
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