Andar
sin ton ni son,
desorientada
hipersensible,
frágil,
desde
congoja a angustia
y
desde aquí
-que
tiro una vez más, porque me toca-
plantarse
por las bravas casi al borde
de
un abismo de brumas,
no
es para nada un juego.
Se
diría más bien que se parece
a
cierta exaltación absurda e inmoral
de
un turbio masoquismo.
No,
no soy yo, lo sé,
es
esta circunstancia
que
me ha tocado en suerte la que me tiene asi,
desmadejada,lábil,
tan
perdida
en
un espacio gris ,que por momentos
en
torno a mi adquiere la apariencia
de
un laberinto hostil e inasumible,
Cuando
sentir y ser
carecen
de sentido
¿quién
va a vivir buscando
excusas
para darle a su latido anémico
un
ilusorio impulso?
Que
en el cielo no deben
quedar
ya muchas piedras...,
que
el granizo, al cabo, se licúa...
que
en cualquier momento
empezará
a orvallar...
...que
en la casilla
aquella
en la que dicen
que
hasta de noche sale el arco iris
más
tarde a más temprano
habremos
de caer.
¿Hay
quién quiera seguir
apurando
las heces del cáliz de amargor
que
el día le depara,
sabiendo
que mañana habremos de bebernos
cuatro
tazas colmadas de lo mismo?
¿Quién
quiere continuar
respirando
las penas que , calladas,
en
el ambiente flotan?
Pero
es que tú respiras...
y
una tenue
insinuación
ondea sobre el aire...
Tu
aliento
acaso
necesite
del
amoroso celo de mi aliento
para
no desmayar y doblegarse
a
la extenuación que nos imponen
estos
tiempos de asfixia.
Ese
es un buen motivo.
Solo
porque respiras, porque sigues
junto
a mí respirando
yo
respiro .
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