La luz nos desvalija
de nuestros más floridos argumentos.
No hay coraza que aguante
su veredicto impávido .
De frente
la risa es risa y lo demás patéticas
muecas del alma inválida que intenta inútilmente
su justificación.
Y el derechazo
del gesto de la cólera un retrato implacable
del ángulo más sórdido
y la verdad más nítida
que el corazón se calla porque sabe
que espanta los apegos.
A contraluz
y puesto de perfil
cualquiera tiene un halo redentor
que remite al misterio y es fácil adjuntarlo
a nuestras devociones.
Definitivamente
nos favorecen mucho los eclipses...
Totales.
Está visto,
lo prudente es tener
el exquisito gusto o la ocurrencia
de morirnos a tiempo de dejar
un bonito cadáver
de aquellos que inspiran panegíricos.
Y de pasar a ser
un fantasma discreto .
Un presencia amable y familiar,
con fama de arrastrar tras de su estela
un tropel de suspiros que enamoran
los silencios del aire.
Un recuerdo difuso en la memoria
digno de ser querido y añorado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario