jueves, 7 de abril de 2016

Ochomiles




No estoy para intentar más ochomiles.
Esa nube de allí no vale tanto …
Muestra el cielo tan  grises sus perfiles
que   , si lo pienso bien, ni me levanto.

Me faltan  los pañuelos  para el llanto
y me sobran.... digamos... veinte abriles.
Me quedo aquí , a salvo del quebranto,
en el sopor  de mis “beatus illes”.

Pero luego ...¿ quién puede con los ojos
que se quedan prendados de  la danza
 de  algún fulgor y van tras de su estela?   

No se  puede suplir con  trampantojos
un espacio de riesgo, fe y  libranza
sin que haya por dentro algo que duela.

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