Dos vidas.
Un latido.
Dos cuerpos.
Un suspiro.
Dos deseos.
Un único gemido.
Dos ansias desviviéndose,
Un único vaciarse.
Un éxtasis unísono.
Uno...
Uno...
Y también
Dos pingüinos
ensayando en el Ártico
un vals a pata coja.
Dos golondrinas
soñando con un nido entre las nubes
mientras quedan ancladas a su alero
-a imperativo de las alas rotas-
Dos cometas
con clara aspiración al estrellato
que al trabarse caen y aún así presumen
de conocerse todas las estrellas
Dos relojes de cuco
dando la hora a un tiempo
-referida a distinto meridiano-
Dos grillos que se dejan
la garganta y el alma interpretando
-clave de Luna y tono re- la- mi-do-
su sinfonía incompleta.
Y dos copas,
-vacías por supuesto-
Dos cepillos de dientes,
dos horarios distintos
y dos despertadores
con los que espabilarse de diferentes sueños.
Dos docenas de amigos
-a cada cual los suyos-
Dos clases de aficiones un tanto contrapuestas.
Dos paraguas.Dos coches.
Dos llaves, dos sillones, dos almohadas.
Dos llaves, dos sillones, dos almohadas.
Dos rincones
para llorar a solas....
Todo eso y mucho más
-resultaría prolijo enumerarlo todo-
somos tú y yo.
Y luego, de propina,
un amor .
Uno solo
absurdo, irracional, incomprensible...
Y puede que por eso mismo , acaso,
eterno
-o casi-
O al menos, pues se ve nítidamente,
inasequible a todo desaliento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario