Como lluvia, la voz mansa y ligera
quisiera yo tener para cantarte
la nana más hermosa , que pudiera
los más felices sueños inspirarte.
Ójala mi halda fuese aquel baluarte
ante el que todo daño se rindiera,
ante el que todo daño se rindiera,
y lecho al tiempo,en el que recrearte
prados de una florida primavera.
Pero yo solo soy este impotente
sonido que se ahoga en la doliente
mudez que causa al aire un calofrío.
Y estos dos brazos que pacientemente
esperan un milagro, mientras siente
mi corazón la pena de abrazar el vacío
No hay comentarios:
Publicar un comentario