lunes, 5 de junio de 2017

Palos con gusto





 Sé bienvenido, dolor,

con tus golpes se  diamanta

mi voz y por la garganta

trepa y se vuelve  clamor.

Todo cabal cantaor

necesita una espoleta

que ahonde bien en la veta

del " duende" de sus cantares,

no hay como llorar a mares

para que cunda y prometa.



Según mi conocimiento

la risa y la algarabía

dan para cantar un día

y se acaba el argumento.

En cambio el dolorimiento

nunca acaba de oprimir

el pecho y por no pudrir

tu alma ,de mil maneras ,

cañas, tientos , peteneras,

se deja en el aire oír.



Si la pena, por ser tanta,

ni a palos puros se aquieta,

necesario es que acometa

contra ella una taranta.

Pero si a su envite  aguanta

el tipo , me suelo abrir

las venas , soy un fluír

de melismas ,la puntilla

le doy con mi seguiriya

y así , hasta gusta sufrir.







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