jueves, 21 de septiembre de 2017

Tormenta


Con cada sacudida, una oleada amenazaba con 
hundir definitivamente el iceberg que flotaba a la 
deriva ,hasta que, inesperadamente, unas gotas 
añadieron salinidad a la escena.

Ya se sabe, lo mejor es ahogar las tormentas del alma en el fondo de un vaso...

Si es posible de cola con ron y a ritmo de bolero.

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