Si un
día tu me nombras, espero que tus labios
pronuncien
los sonidos con la pasión devota
del que
a su dios le reza y en su palabra flota
el
fervor encendido que esfuma los agravios.
No
dejes que pervivan en ellos los resabios
de
ayeres sin ventura y observa como brota
la
dulzura escondida, licor de bergamota
que
vuelve las palabras y los besos más sabios.
Que yo
sabré mostrarte el modo como suena
el
júbilo en los míos, con notas anisadas
endulzaré
tus días, feliz y agradecida .
Y
embaucaré tus noches con cantos de sirena
que al
rendirse en tus brazos todas las madrugadas
encienda
las auroras, translúcida de ardida.
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