La
novia, su sonrisa enamorada,
no
importa la ocasión, siempre es radiante.
No hay
un Sol otoñal que un novio amante
no lo
vuelva de Abril en su mirada.
Días
de lluvia...Vida deshojada...
Los
pájaros nos huyen y no obstante,
el
corazón lo sabe, lo importante
está
en nosotros. Más allá no hay nada.
El
Cielo nos prestó su don eterno,
pues de
otro modo es poco comprensible
que
sean treinta y tres las primaveras.
Soñemos
con burlarnos del invierno.
Un
milagro de amor siempre es posible:
Yo sólo
necesito que me quieras.
Por si
no crees cosas prodigiosas,
cambié
en catorce versos doce rosas.
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