Los
limbos son espacios
vecinos
de la nada ,
que
,ahítos ya, rebosan de espíritus perdidos
de
acomodados nadies.
Yo los
conozco todos.
Inmersa
en su letargo,
solía
columpiarme de mis aburrimientos
y mis
alienaciones.
Fui ,
porque
así lo quiso una mirada,
que
llegó a rescatarme de los brazos
de la
suave penumbra confortable.
La luz
que te hace ver
te
muestra el privilegio de tu llaga.
En este
lazareto
se
vuelve cada instante un aguijón.
Soy,
por mucho y más que sangre,
porque así lo quiere una sonrisa,
porque así lo quiere una sonrisa,
venero
de aguamiel,
que el
corazón exhausto reconforta
y lo
vuelve pujante voluntad.
En el
valle sin pájaros
en que
los lirios negros eternamente medran
sobre
el polvo olvidado
de la
carne humillada,
seré
de
nuevo niebla evaporándose
si así
es cómo lo quiere una memoria.
Cada
existencia tiene
un
resplandor perfecto,
una
emoción,
un
tacto,
un
verbo y un sonido a su medida.
Porque una voz me nombra
sigo
huyendo
de mis miedos,
saliendo
de mi círculo de helor e indiferencia
y vivo agradecida, en versos prodigándome.
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