martes, 22 de enero de 2019

Diálogo



Las palabras gastadas que cuelgan de tu boca
son grises como días que amanecen nublados
y ariscas como gato que va por los tejados
en busca de otro gato por ver si lo provoca.

Las palabras cansadas que mis labios penden
son pañuelos de raso sobre zarzas tendidos,
tristezas que constatan que si existen oídos
que alguna vez las oigan, apenas las comprenden.

La voz suave que habla con claridad , sin prisa
y propicia lo ameno en las conversaciones
habría que pedirle de prestado a la brisa .

Como esto es imposible, mejor será callarnos,
permitir que dialoguen en paz los corazones
y que decidan ellos si volvemos a amarnos.








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