Pan y circo , reclama el populacho,
víscera y sangre ,evasión en vena,
intimidades de la vida ajena
hasta que al fin vomiten por empacho.
Ir de la carcajada al calofrío,
del esperpento a la parafernalia
en espiral creciente ,que no palia
la sensación inmensa de vacío.
Somos por vocación espectadores
del morbo y del horror consumidores,
a los que enerva la miseria cruda .
Todo con tal de no mirar adentro
de cada cual , no sea que al encuentro
nos salga nuestra gris verdad desnuda.
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