sábado, 6 de agosto de 2022

En sazón ( Mujer gustosa)



Me miro en los espejos y no me reconozco.


En cambio, cada vez con más frecuencia,

descubro en ellos las cejas de mi abuela

el cutis macilento de mi madre,

la sonrisa torcida de mi abuelo...

tributos que la herencia familiar

con fuerza nos reclama.


¿ Dónde quedaron

las rosadas mejillas,

los gestos descuidados y la sonrisa abierta

de los días vividos antes de que la vida

nos los disciplinara?


Pues habrá que aprender

a vivir sin mirar a los espejos.


A buscar en el fondo

de mí misma la más esplendorosa

y complaciente imagen.


Pero esa luz...

ese fulgor indómito que todavía pugna

por temblar en mis ojos...


Esa luz que retrata

a la mujer curtida en resiliencias

y a punto de sazón.


Esa que sí soy yo.

Íntimamente

madura,

madurada

a placer, golpe a golpe, por el tiempo.


Esa mujer gustosa,

 que tiene tanto gusto en conocerse,

a la que los espejos no retratan.

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