jueves, 20 de julio de 2017

Desesperadamente


Yo no exijo que el bajo de la falda
me lamas, ni lo celes aun del viento.
Espero presentirte como aliento
de un ángel tras mi espalda.

Yo no quiero lucir una esmeralda
y servirte en el brazo de ornamento.
Aspiro a que mi risa y tu contento
nos sirvan de guirnalda.

Yo mi lastre no anudo
a tus alas, ni pido a tu conciencia
que entierre su ideal más insumiso.

Que tú, libre y desnudo,
te me entregues, amor, no es exigencia.
Deseperadamente lo preciso.


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