Lo
sensato sería acomodarse
a ver
pasar las nubes en rebaños
sobre
el azul , acumulando años
y
arrugas en la piel sin inquietarse.
De qué
puede servir afogararse
al
hacer el recuento de los daños,
al ir
recopilando desengaños,
al
rumiar las derrotas y amargarse.
Luego
están esas raras adicciones
a los
peligros de su zona oscura
que
anidan en algunos corazones .
Lo
inconcebible es su amarradura
llegar
a deshacer , decirle nones
a su
inyección de adrenalina pura.
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