domingo, 24 de septiembre de 2017

Honomatopéyico


El ritmo, triqui, traca, se desvela
sobre mi voz ahogada y regurgito
el tedio hasta que intento un gorgorito
que creo que no cuela.

Debo reaprender la cantinela
de la respiración, y me ejercito
snif, snif, snif, en este rito,
que aunque no jode amuela.

El diafragma siente en sí la espuela
e ignora el rollo zen, soltando un grito,
un largo aggggg, que al aire desconsuela.

Llegados a este punto la candela
del corazón dormido resucito
y, tac, tic, tac, galopa ya que vuela.

Pues puestos a versar... que sobre tela
para hacerme la banda que amerito,
único honor de quien no tiene abuela.


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