domingo, 8 de febrero de 2015

Estallido


 Podía escuchar claramente sus latidos resonado hasta en el último resquicio de su cuerpo. Su corazón parecía dispuesto a estallar de un momento a otro.

 De repente, sin saber cómo,  en un rapto de sensatez volvió sobre sus pasos.

Rompió la nota y quitó el precinto de las ventanas.

Él no se merecía tanto. 


No es que no quisiese vivir,es que no quería vivir de aquella manera.

Hizo las maletas y se fue. 

Se le olvidó cerrar la llave del gas. 


Aquel cabrón no se merecía menos.

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