Ya
no tengo pestañas
que
entregarle a la brisa
¿Tras
de qué blanca nube,
tras
qué cúmulonimbo que amenaza el paisaje
me
observarán, acaso mortalmente aburridos,
mis
sueños más dorados?
Yo
no voy desgastándome en anhelos sin fuste,
que
me sean propicios los idus del invierno,
por
el gusto de hacerlo y de verme frustrada,
o
por ver si sucede
con
quererlo el milagro.
Yo
solo me permito
los
deseos humildes,ligeros, diminutos,
que
a todos nos seducen:
que
los días no pesen,
que las noches no lleguen preñadas de temores
que
la paz se consienta remansada en mi pecho...
...que
tus ojos me miren.
Y
que en ellos se encienda la ilusión al instante
a
pesar de aquel peso que los años que huyen
regalan
sin pedirlo
Mis
párpados parecen
sauces
que han sido pasto del furor libertino
con
que llega el otoño.
Ya
no sé que tributo,
qué
suspiro,
qué
sombra ,
qué ceniza
ofrendarle a los cierzos
ofrendarle a los cierzos
cuyos
pasos furtivos son helor a mi espalda.
Ni una humedad me queda con que mistificarlos.
Ni una humedad me queda con que mistificarlos.
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