A la
duda, dudosa se la antoja
la
prueba matemática del nueve.
La
margarita pálida se atreve
a
cuestionar qué mano la deshoja.
Media
mentira con la vida breve,
un
cuarto de verdad que te sonroja,
decir y
no decir, tira y afloja
entre
un quiero y un puedo…y un ¿ Se debe?
No
brota el manantial, pero no mengua,
mientras
exista el agua, corrosiva,
la
mancha de humedad sobre tu lengua.
Jamás
una palabra fue tan triste
ni
alumbró claridad tan adictiva
como
aquella de amor que no dijiste.
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