Saco
filo a mi voz y sin reposo
acuchillo
la luz, en un exceso
de
infinito placer,pues para eso
sin
razón me otorgaron su don maravilloso.
Aporreas
con furia de poseso
la
tersura del aire en un tedioso
ejercicio
de hacer un contencioso
la
vida , un largo juego de golpe y tentetieso.
Sonata
en mi menor, por tus bemoles,
tocada
con pasión a cuatro manos
a
dúo improvisamos sin pausa cada día.
Quién
sabe si olvidando nuestros roles
y
mostrándonos frágiles y humanos
al
fin escribiríamos de amor la sinfonía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario