domingo, 10 de septiembre de 2017

Soneto adolescente


Tengo un sabor frutal que me rebosa
sobre los labios y en sus comisuras
la sensación de que una mariposa
aletea una danza de premuras.

Tras su deseo, siembra calenturas
como en una liturgia misteriosa
que exorciza las últimas censuras
y consigue que al fin brote rosa.

Confirma su candor que evocar Mayo
es posible y se muestra en el modesto
presente tentador de su capullo

Temblor enfebrecido hasta el desmayo,
tengo un beso en la boca predispuesto
a dejarse robar y a hacerse tuyo

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