domingo, 8 de enero de 2017

Cal viva



No temas,
no voy a formar dramas.

Ya es bastante trágica esta forma
de vivir masticando asiduamente
desencanto y agror.

Si hoy coges y te vas,
un año hará tal día .

No creo que celebre la efemérides
abriéndome las venas
o bebiendo cicuta,
si acaso, regalándome
una sesión de lujo en un spa
y comprándome un bolso de ocasión.

Abriéndo una botella de jerez,
brindando a tu salud,
desperdiciando
unos cuantos suspiros,
y tres o cuatro lágrimas.

Y luego bailaré sobre la tumba
de nuestro amor un rocanrol frenético,
hasta que los sentidos se me emboten
y no pueda escuchar sus alaridos.

Es lo que tiene
el querer echar tierra sobre lo que palpita,
que no suele dejar que lo sepulten
sin que sus dientes busquen yugulares.

Hay que dar la batalla.

Hay que cantar más fuerte,
hasta que llueva
cal viva desde el cielo.

Y en ella se diluyan
tus huellas en mi ayer ,
sembrando olvidos
sobre el blanco ataúd desvencijado
que acaba por volverse la memoria.


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