Sabes
que están ahí, siempre esperando
solamente
por ti.
Saben
que no son nada
si tú
no te decides
a
cogerlos, abrirlos,
a entregarles
un poco
de tu tiempo.
Tienes
donde elegir,
los hay
de amor
-los
que prefieren las adolescentes-.
biográficos,
de
miedo , realistas
o de
ciencia ficción,
de
poesía,
de
historia, de misterio.
Todos
pueden hacer que te estremezcas
en
pleno mes de agosto,
o en
mitad del invierno te acalores,
que
sientas la emoción de descubrir
tierras
desconocidas,
o que
te reencuentres
con
las viejas costumbres,
hasta
algunos consiguen por sorpresa
que tu
propio perfil bien dibujado
reconozcas
en ellos.
Todos tienen la sana pretensión
atraparte
en sus redes de palabras,
que no puedas
dejar
que pase un día
sin
volver otra vez a penetrar
a
través de sus páginas
en un
lúdico espacio de sueños y aventuras.
Aspiran
todos
a
dejarnos su impronta,
su
señal,
una
idea, una duda ,un sentimiento
alguna
reflexión ,
o acaso
una enseñanza
y así
poquito a poco ir desbastando
esta
piedra granítica que somos,
llegar
a modelar
esa
estatua magnífica
que con
seguridad palpita dentro.
Libros
,
nunca
te olvides
de esos
callados, fieles
sabios
,
amables,
gratos
,
pacientes
compañeros.
Porque
si es verdad
que
cada uno de nosotros somos
aquello
que vivimos,
tampoco
es menos cierto que también,
al menos de algún modo,
somos
lo que leemos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario