martes, 21 de noviembre de 2017

Contigo pan y cebolla



Suplico a Dios que manen mis pezones
leche y anís y que mi vientre sea
tierra de vino y pan, que ama y procrea
como suelen pedir tus oraciones.

Al diablo ruego en negras procesiones
que avive las cenizas de la tea
después que aderezados con su brea
ardan en uno nuestros corazones.

Porque lo mismo da  infierno o cielo,
cualquier eternidad tiene sentido
si se comparte con el ser amado.

Cena en la gloria, almuerzo  sobre el suelo
Nadie le quita al cuerpo lo vivido
Y al alma...! Qué le quiten lo soñado!

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