No
conviene pasarse de aprensivo
al
auscultarse penas, porque suele
doler
hasta el aliento cuando duele
el
hecho de estar vivo,
Animal
emotivo,
no
hay luz que no te ofusque y te revele
que
todo roce llaga, aunque consuele.
Vivir
es el dolor definitivo.
Y
si hay quien de insensible
se
reviste, burlando la amenaza
que
es el andar a pecho descubierto.
No
es nada imposible
que
acabe pareciendo su coraza
el
sudario patético de un muerto.
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