lunes, 20 de noviembre de 2017

Nubes negras


Quién nos hubiera dicho, en los tiempos felices
que compartimos juntos, que llegaría un día
tan malaventurado que nada quedaría
de la antigua abundancia de besos y perdices

Es más , de haberlo hecho, ¿de qué hubiese servido?
No hay quien escarmiente sobre cabeza ajena
y malvivir sufriendo por la futura pena
es padecer dos veces, de todos es sabido.

Gozamos el presente de forma desmedida,
exprimimos las rosas , bebimos los licores
del placer de tenernos que nos brindó la vida.

Y qué vamos a hacerle si tristeza y dolores
van luego aparejados a esa despedida
que anubla el horizonte de los grandes amores.

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