jueves, 23 de marzo de 2017

Otro día de lluvia




Hoy ya no lloro más porque te fuiste
ni porque te llevaste contigo los secretos
de tus trucos de magia,
de aquel birlibirloque, que entre oficio y arte,
le escamoteaba con un guiño
su amargor a la vida,
de aquel abracadabra capaz de convertir
mis mañanas más grises de diluvio
en tardes de arcoiris y paseo.

El colmillo insaciable de la pena
se va domesticando año tras año
y adquiere su mordiente
roído por las lágrimas mayor docilidad.

Hoy un día de lluvia únicamente es
otro día de lluvia ,
otras horas abúlicas en las que acomodarse
detrás de la ventana a tricotar
saudades insepultos
o a entornar los párpados
hasta ponerle nombre y gesto a los fantasmas.

[*][*][*]

Tu olor es aún una huella presente.
Su mezcla inconfundible
a tabaco, a madera, a musgo y a trabajo,
a humanidad , a amparo, a reciedumbre
lo guarda tu butaca y todavía
a ratos me conforta.

Tu voz me la devuelven la paredes.
Cada palabra tuya es como la argamasa
que construye mi mundo y lo mantiene incólume
y a diario las oigo
vivas dentro de mí.

Pero tus ojos... Dime...
¿ Cómo eran tus ojos?
Sé que eran de agua porque así lo escribí
en un poema antiguo,
pero ¿era lacustre , esmeralda, profunda...?
¿o era una humedad inmensa y oceánica ?.

También sé que miraban con ternura amorosa,
pero cuando brillaban en su fondo destellos
¿eran peces de plata, o eran rayos de Luna?
¿ Qué emoción les hacía bailar y sonreírse
entre chisporroteos de colores?
¿ Qué pasión los bruñía?
¿ Qué ilusión anunciaban?

[*][*][*]

Al tiempo que se vuelve mansedumbre
el tiempo nos devasta y nos exige
su tributo feroz.
Sin ningún miramiento vuelve delicuescencia
aquellas remembranzas más humildes
y que más apreciamos.

Porque ya no recuerdo cómo eran tus ojos,
cada día de lluvia
sin poder remediarlo, cuando menos lo espero,
se me pone de pronto brillante la mirada. 

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