Ya no
sé qué decir...
¿ de
qué más puedo hablar ...?
Después
de haber contado
la
decepción, la rabia, la impotencia,
el
duelo, la tristeza,la amargura
el
total y absoluto
desvalimiento,
Después
de haber cantado
-por si
es verdad aquello de que espanta la pena-
lo que
no se escribió en los pentagramas
hasta
quedarse afónico,
mi
jilguero cautivo ya no tiene más notas
que
liberar al viento.
¿Ahora
,
qué
más puedo sentir
para
que pulse y rasgue sin herirlas
las
cuerdas de su voz ?
Qué
púa sin rebajes
puede
llegar a ser la indiferencia abúlica.
Con qué
pasión se hunde
hasta
la misma médula del alma
donde
nace el dolor que se nos vuelve
destello
en la palabra y temblor en el labio.
De
puertas para afuera
habrá
que darle un tiempo
a la
mudez discreta y sanadora
Y dejar
que la vida
complete
entre silencios su crónica sin lustres.
Melodrama
en pantuflas
ferozmente
gratuito.
Que lo
cuente, si quiere
soliloquios
adentro.
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