Qué
titánico esfuerzo,
nacer
y
respirar...
Vencer
la resistencia
de
seguir disfrutando del cálido confort
y
descubrir la luz ,
su
regocijo
y
todo su quebranto.
Nacer
para
luchar,
nacer
para vivir
en
un mundo cortado a la medida
de
los que no se rinden,
de
los que hicieron su jardín selvático
de
este valle de lágrimas
y
su aullido de guerra
de
su primer vagido.
Ser
fuerte
no
dejarse
llevar
por la emoción,
no
llorar esta noche
en
que la Luna brilla
y
sobre el aire danzan los aromas
a
albahacas floridas y a verbenas.
Esto
, cuéntaselo a mis lagrimales...
que
sin cesar derraman
melancolía
líquida .
Yo
no sé de qué suerte
de
pozo inagotable extraen sin cesar
su
caudal tristeza.
Supongo
que hay que darle
algún
respiro al pecho , que no puede
cargar
con más angustia.
Que
todos los noctámbulos
tenemos
esa hora
en
que se nos ablanda la coraza
que
blinda el sentimiento
y
nos da por notar sobre nosotros
todo
el peso del cosmos,
toda
su oscuridad,
todo
su hielo.
Aferrarse a la lírica
y
ver únicamente
el
lado hermoso y dulce da la vida
es
la única opción
posible,
imaginable
de
seguir manteniendo la cordura
Inventar
universos paralelos
dónde
el Sol no deslumbra
y
la Luna no es fría ,ni en la sombra
un
maleficio acecha detrás de cada eclipse .
Y
soñar que algún día,
al
fin del tiempo angosto
que
hoy tanto nos oprime y nos perturba,
con
alargar los brazos podremos alcanzarlos.
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