sábado, 15 de julio de 2017

Veladuras


Yo no creo en ningún  príncipe azul,
ni tan siquiera en un marqués de malva,
odio tener que  levitar al alba
encaramada en nubes de humo y tul.

No creo en un batir de mariposas
amarillas, tampoco  en la oportuna
y blanca triquiñuela de la Luna
ni creo en los paisajes siempre rosas.

Si me ofreces amor, píntalo en gris
matizado de luz y que  elocuente
proclame lo sutil: que exhala anís
tu voz cuando me nombras, que tu mano
exorciza mis miedos, que clemente
tu sonrisa hace eterno mi verano.

Que, pródigo en detalles y entrañable,
de devoción veladamente hable.



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