Hoy
solo quiero celebrar lo hermoso
que
merece la pena recordarse
y que
tuvo la suerte de quedarse
dentro
del corazón formando un poso.
Un olor
inundando la cocina,
la
tarde de paseo soleada,
el
encuentro en la noche enamorada,
el alba
compartida y cantarina.
Con
tanto como fue, todo lo amado
se
concreta en la escuálida minuta
de un
gesto o un olor desdibujado.
Pero
aun así, me hago con paciencia
y esos
trozos de dicha diminuta
cobija
en que ampararme los días de inclemencia.
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