Cada
uno se aferra a lo que puede,
con
tal de preservar de la acedía
esa
porción escasa de alegría,
que
la vida, con suerte, le concede.
A cultivar virtud , a que no quede
pecado
por probar, a la utopía
de
encontrar la Verdad ... A la manía
de
buscar el amor que nos agrede.
Yo ,que no tengo clavo en que colgarme
ni
fe para librame de la quema,
fío
mi redención a un solo anhelo
A mí lo que me toca es desangrarme,
alumbrando
poema tras poema,
y
soñar con que alguno emprende el vuelo.
Sé que es un señuelo...
Pero
a ver quién consigue despertarme
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