El
poema , 
la
gracia de su acento ,
palpita
sobre el aire .
Y 
brilla .
Tenuemente,
igual
que una luciérnaga
que 
buscase  unos ojos
amantes de la luz y las sorpresas
deseosos
de verla y admirarla
El
poema no sabe
cómo
llegó hasta aquí
donde
ahora se encuentra
expuesto
 a la intemperie  y arrojado
en
brazos del olvido
y muy
seguramente morirá
de puro
aburrimiento
sin que
nadie  conozca como late
en su
interior  vibrante  y entregada
una
emoción perfecta..
Es  
prosa
toda la
realidad  .
No hay
un espacio
en  el
que  cultivar   los dones del espíritu
hasta
hacer que florezcan
en cada
corazón , hasta volverlos puros,
repletos
de verdad y de armonía
como
las almas simples de las bestias.
Aun así
el poema
se
entrega a su pasión de redimirnos
y es un
fulgor minúsculo
dispuesto
a regalarle  una  sonrisa
a la
más negra  noche.
Aunque
nadie  los sepa, 
aunque
solo 
las
estrellas fugaces reconozcan
cuánta
belleza encierra su mínima  existencia.
 

 
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