De
pronto siento miedo
Yo,
que me
arriesgué a saberme
vacío
de mi misma
expurgando
el secreto de mis ojos
en
todos los espejos,
que
indagué en sus abismos
para
ver si podía vencerlos, despeñándome
hasta
agotar su hondura.
Yo,
que
acepte la muerte
como la
parte lógica del trato
absurdo
que firmamos con la vida
y hasta
esas otras pequeñas y prosaicas
muertes
habituales
que nos
llegan envueltas como en sudarios tenues
disfrazadas
de olvido.
Yo,
valiente
a la fuerza
porque
resulta un lujo
impensable
en los débiles pecar de cobardía...
Ahora
ante la
mínima ausencia de un gesto
en mi
hora presente, apenas un instante,
siento
que se me nubla
la
claridad del Sol .
Y el
aire ya no es
la
presencia benéfica
que
llega a despenar el pecho devastado
y el
agua no me sacia
ni me
alimenta el pan
si en
tu boca mi nombre
no
brota como fruta
granada
y deseable que porque tú lo dices
estalla
en un alarde de esquirlas de pasión
Yo,
que de
siempre he sido negligente y confiada
por ti
y de tu cuidado
me he
vuelto cautelosa y aprensiva.
Y es
que temo perderte
sin
haberte tenido.
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