Ahora
sé lo absurdo que resulta
alentar
la insensata, desigual competencia,
de
textura y aroma
Concibo
dentro
de mi un germen
puro,
esperanzador,
lleno
de claridad.
No sé que viento trajo
hasta
mi su semilla diminuta
solo
sé que palpita
y
crece
y
busca el modo
de
parirse , alumbrándome
con
el descubrimiento redentor
de
su verdad.
Esa verdad que al tiempo que me asombra
me
sirve de consuelo.
Que la belleza y más
aquella
que es humilde y va de incógnito
trasciende
a la embriaguez fugaz de los sentidos.
Es esa evocación sutil que permanece
sin
que nada ni nadie consigan marchitarla.
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