De libertad es el grito
que va creciendo y se ensancha
por la Tierra , como mancha
de aceite. Hoy ha prescrito
el tiempo en que era delito
únicamente pensar;
nadie se puede otorgar
a sí mismo una franquicia
sobre razón y justicia
y el derecho de opinar.
Todos los pobres, por fin,
se han dado cuenta que son
una infinita legión
de la que algunos ” botín”
hacen. Es un polvorín
el mundo , sobre cimientos
de oprobios y descontentos.
Se ve llegar muy deprisa,
con su horda manumisa,
la Hora de los Hambrientos.
A
las buenas o a las malas
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